Declaración del workshop sobre "Etica en acción para la Justicia climática"

2017
Statement
15 de diciembre
Eng

Declaraciòn del workshop sobre "Ética en Acción para la Justicia Climática"

Grupo de Trabajo sobre Ética en Acción

Declaraciòn del workshop sobre "Ética en Acción para la Justicia Climática"
Photo: Gabriella C. Marino

La Carta Encíclica Laudato si' del Santo Padre Francisco nos convoca a la reconstrucción de un mundo acorralado por las estructuras de la injusticia. En este sentido, podemos señalar cinco grandes amenazas que acechan a la dignidad humana, socavan el bien común, subvierten la democracia y ponen en peligro nuestra propia supervivencia y salud, dada la degradación del medio ambiente que enfrentamos. Tales desafíos son los siguientes:
 

  • Las promesas incumplidas de los gobiernos a nivel global.
  • La persistencia de la distribución desigual del ingreso y la riqueza.
  • La injusticia de la transferencia de los pobres a los ricos.
  • La agresión social que representan las presiones de las corporaciones.
  • Los Estados que rechazan a los migrantes y empeoran así su ya trágico sufrimiento.

Además, por vez primera en la historia de la humanidad, nos encontramos frente al serio peligro que constituye el cambio climático causado por la mano del hombre; las dimensiones morales de esta tragedia son uno de los principales temas de la mencionada encíclica papal, así como de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS).

Ante esta situación, analizamos el desafío de la justicia climática teniendo en consideración las mencionadas estructuras de injusticia. Se ha demostrado científicamente que los daños de la degradación ambiental pueden atribuirse a agentes identificables, como los principales productores de combustibles fósiles y los gobiernos que no logran regular las actividades económicas para resguardar el bien público. Tal “atribución” surge de la probabilidad de que las acciones humanas hayan causado una pérdida o daño específico. Por ejemplo, hay pruebas científicas que indican que las recientes olas de calor, las extremas precipitaciones y las inundaciones se han hecho más probables (y por lo tanto más frecuentes) debido al calentamiento global causado por la intervención humana. (https://wwa.climatecentral.org/analyses/).

A su vez, el calentamiento global es el resultado del uso peligroso y sin restricciones de los combustibles fósiles. Como señala el Papa Francisco en la encíclica Laudato si' al analizar el clima como un bien común, “numerosos estudios científicos señalan que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de la actividad humana”. (Laudato si', 23). Además, se han identificado las empresas que son las principales responsables del aumento histórico del dióxido de carbono (https://link.springer.com/article/10.1007/s10584-013-0986-y). Por ejemplo, según un estudio muy citado, entre 1751 y 2010, ExxonMobil y Chevron aportaron el 6,74 por ciento de las emisiones industriales mundiales de CO2 y CH4.

Desde Ética en acción, se sugieren distintas formas de abordar la justicia climática, tales como: que los Estados regulen las emisiones de CO2 de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático; que los gerentes de las principales empresas modifiquen su comportamiento y actitudes; que las universidades, fundaciones, compañías de seguros, fondos de pensiones y otros actores realicen inversiones responsables en la materia (a veces llamadas inversiones ambientales, sociales y de gobierno); que deje de invertirse en la industria de los combustibles fósiles; que los consumidores lleven adelante boicots de compra de los productos comercializados por empresas que contaminan con total impunidad el medio ambiente; que se lleven al plano judicial los reclamos por el comportamiento de empresas y gobiernos, por ejemplo a través de juicios por los “daños y perjuicios” sufridos ante el cambio climático y otras degradaciones ambientales (como la contaminación del aire y del agua); que los líderes religiosos, los científicos del clima, los ingenieros de la energía, los funcionarios de salud pública y otros actores sociales lancen campañas de concienciación pública; así como otras medidas orientadas a alcanzar la justicia climática.

Desde Ética en Acción, se coincide en afirmar que no existe una “solución mágica” para superar la injusticia climática. Por el contrario, se debe recurrir a un conjunto de acciones en línea con las condiciones y las necesidades específicas de las diferentes comunidades y lugares del mundo. Un programa global integral y eficaz debe ir de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, y por múltiples vías, como la persuasión moral, las políticas públicas, la cooperación e incluso el camino litigioso. Será necesario llevar adelante esta variedad de acciones, y de manera urgente, dadas las consecuencias graves y potencialmente irreversibles del calentamiento global fuera de control.

En este sentido, Ética en Acción identificó once líneas de acción para iniciar a partir de 2018 con el fin de hacer un aporte a las soluciones de este grave problema a nivel mundial. Por supuesto, se procurará establecer alianzas con otros actores sociales, y participar en foros y procesos globales en las Naciones Unidas y las agencias de la ONU, así como en otros ámbitos. A su vez, se informará sobre las actividades y los avances realizados a fines de 2018, con recomendaciones respecto de los nuevos pasos que podrían encararse en los años siguientes.

Iniciativas de Ética en Acción para la justicia climática

 

  1. Presentaciones ante las diez principales petroleras del mundo: Gazprom, Rosneft, ExxonMobil, Petro China, BP, Royal Dutch Shell, Chevron, Petrobras, Lukoil, Total, Statoil, ENI; (Todos los integrantes de Ética en Acción; se propone celebrar reuniones en Roma, Nueva York, San Pablo y Moscú).
  2. Análisis jurídico referido a las estrategias orientadas al reclamo de daños y perjuicios, la confianza pública y la responsabilidad estatal (César Rodríguez, Lisa Sachs, Dan Galpern, Yann Aguila).
  3. Encuentro de Universidades y fondos de inversión sobre las inversiones éticas en el sector gasífero, petrolero y del carbón, así como el inicio de la desinversión en estas industrias (Erin Lothes, Lisa Sachs, Universidad de Notre Dame).
  4. Apoyo a los obispos del Delta del Níger y las comunidades del lugar para que se reúnan con Royal Dutch Shell con el respaldo de Ética en Acción. (Jeffrey Sachs, Cardinal Onaiyekan, Bill Vendley).
  5. Convocatoria en Nueva York a los Estados insulares pequeños afectados por el clima en las Naciones Unidas (con el auspicio de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas) a fin de analizar estrategias orientadas hacia la justicia climática, que asimismo contemple la salud pública. (Jeffrey Sachs, Dan Galpern).
  6. Crear cursos grupales en línea y organizar talleres sobre la encíclica Laudato si' y la Ética del Cambio Climático (Todos los integrantes de Ética en Acción, Academia SDG, Instituto Fetzer).
  7. Introducir el Pacto Global para el Medio Ambiente en el Proceso del G20 (Yann Aguila, Jeffrey Sachs).
  8. Convocatoria a la Alianza Interreligiosa para la Conservación de los Bosques y a los representantes de los países con bosques en peligro para que participen en las reuniones regionales y de la ONU (Amazonas, Cuenca del Congo, Sudeste Asiático), a fin de debatir sobre la adopción de objetivos de deforestación cero.
  9. Convocatoria a los líderes de las comunidades de fe para desarrollar estrategias de modo de inspirar, formar y movilizar a nuestras congregaciones y comunidades locales de fe en pos del apoyo a las acciones integrales orientadas a enfrentar el cambio climático (Instituto Fetzer).
  10. Respaldo a la Iniciativa de la OMS y la Primera Conferencia Mundial sobre Contaminación Atmosférica y Salud Humana, que tendrá lugar entre el 30 de octubre y el 1.° de noviembre de 2018, y comunicar tal apoyo al Director General de la OMS.
  11. Apoyo de las gestiones para establecer el precio de las emisiones de carbono, especialmente a través de impuestos al carbono, a fin de garantizar que quienes contaminan sean financieramente responsables por el costo que le imponen a toda la sociedad.