introducción a la Declaración final

Alberto Filippi | Argentina

introducción a la Declaración final

Buenas tardes amigas y amigos,

Perdonen por la emoción con lo que llego al final de estos días tan excepcionales que hemos compartido y por las emotivas palabras de la jueza Ana María Figueroa, que nos ha recordado su condición de ser hija de inmigrantes y de cómo había logrado – con tantos sacrificios – llegar a ser universitaria de primera generación. Les confieso que me ha venido a la mente pensar en la familia del Papa Bergoglio, el mayor de cinco hermanos, hijo y nieto de inmigrantes italianos, llegados a la Argentina en el siglo pasado, y Él también – como la amiga Figueroa – ha sido universitario de primera generación. Y además de enviarle al Hospital Gemelli, en nombre de todos nosotros, el mejor deseo por su rápida mejoría, quiero evidenciar justamente el gran valor simbólico que representa ser el primer Papa que viene de la dramática experiencia histórica de la inmigración americana y que regresa a esta Roma, a la misma ciudad a la cual, hace 2.000 años había llegado desde Galilea, el Apóstol, emigrante, el peregrinus Petrus. Y repito ahora con ustedes lo que le comenté a Papa Francisco en enero del año pasado, al destacar que su presencia, histórica y providencial en la Cátedra de San Pedro, me parecía confirmar la singular profecía laica del filósofo estoico Marco Aurelio, hijo de viejos colonos itálicos nacido en España (en la actual Córdoba), cuya visionaria concepción del futuro le permitió entrever que llegaría un día en el cual Roma llegaría a ser una civittas universalis.

Paso entonces a leer la Declaración que hemos preparado junto a otros colegas, no solo Jueces o Magistrados, a los cuales va mi agradecimiento, que resume las ideas de fondo y el sentido de lo que se ha expuesto y debatido, en estos dos días para mí tan memorables.

Declaración de los participantes al Summit de Colonialismo, Descolonización y Neocolonialismo, una perspectiva de la Justicia Social.

Nosotras y nosotros, participantes de este encuentro, reconocemos y hacemos memoria de la lucha por los derechos humanos sostenida durante siglos por los pueblos de África, las Américas y el Caribe. Particularmente, valoramos a quienes

han protagonizado la defensa de los derechos en contra de las discriminaciones étnicas, de género, de religión, de culturas y de lenguas de aquellas minorías que han reivindicado la libertad, el pluralismo y la igualdad entre quienes constituimos la fraternidad humana y defendemos los bienes comunes.

Y , por ende, y recíprocamente, repudiamos toda forma de dominación, de violencia y de intolerancia. Promovemos el diálogo y el respeto hacia las identidades culturales y religiosas de las sociedades y de sus tradiciones históricas, en cuanto han sido y son, manifestaciones individuales y colectivas de resistencia a las hegemonías económicas, políticas, militares y culturales impuestas por Europa fuera de Europa y, de manera eminente, a partir de 1492.

Por lo mismo, en torno a esta fecha, apreciamos la declaración de la Santa Sede del día de ayer 30 de marzo de 2023, según la cual la llamada “Doctrina del Descubrimiento”, afirmada en las “Bulas Papales del siglo XV”, no forma parte de la enseñanza de la iglesia católica. Hemos analizado y discutido la dramática situación actual de los inmigrantes. Y si bien reconocemos que la migración es una “condición compartida por toda la humanidad”, constatamos como las catástrofes humanas en este comienzo de siglo veintiuno, provocadas por los vectores de guerra y terror, por las desigualdades estructurales y los colapsos medioambientales, contribuyen a generar desplazamientos masivos, provocando cantidades de refugiados que no se habían visto desde la Segunda Guerra Mundial. En efecto, a nivel mundial hay más de cien millones de personas desplazadas que son el resultado de condiciones al límite del orden social, económico y medio ambiental.

Los aquí reunidos auspiciamos y defendemos las culturas decoloniales y descolonizadoras como base necesaria de las culturas jurídico-políticas en la formación académica de los magistrados, sean ellos defensores, fiscales o jueces, así como de quienes conciben y promueven el acceso a la justicia de los jurídicamente más débiles descartados por del sistema.

Nosotras y nosotros laicos y religiosos, en el espíritu que nos infunde la encíclica Fratelli Tutti, del Papa Francisco, conscientes de los valores de la libertad y de la igualdad, de la inviolabilidad de la persona humana y de su dignidad, así como están plasmadas en lo concreto de nuestras comunidades, de nuestros pueblos, de nuestras naciones, abogamos por forma de convivencia común y de paz en cada una de las regiones del mundo. La paz, condición imprescindible para poder legar a las generaciones venideras nuestra Pacha Mama planetaria, garantizando de este modo la perennidad de la vida de nosotros y de los futuros seres vivientes.

Suscriben las y los participantes hoy viernes 31 de marzo de 2023 en la sede de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, Ciudad del Vaticano.