Participación de la Mesa Redonda Conformada por Sheryl Lightfoot de Canadá: “Dismantling Doctrines of Superiority”

María Silvina Besoin | Argentina

Participación de la Mesa Redonda Conformada por Sheryl Lightfoot de Canadá: “Dismantling Doctrines of Superiority”

Siguiendo las profundizaciones de los panelistas y sus trayectorias intelectuales, se puede visualizar que “colonialismo” ha significado la supresión de lo autóctono, de lo local, de esos saberes y costumbres que representaban las culturas nativas. Se observa “lo occidental como un todo, como el único conocimiento existente, englobante y definitivo: Su visibilidad se erige sobre la invisibilidad de formas de conocimiento que no pueden ser adaptadas a ninguna de esas formas de conocimiento. Haciendo referencia a los conocimientos populares, laicos, plebeyos, campesinos o indígenas, esos que están al otro lado de la línea. Desaparecen como conocimientos relevantes, desde las posturas etnocentristas del imperialismo. 

En la obra de De Sousa Santos, se encuentra que “…se observan grandes ‘promesas incumplidas’ con sus respectivas consecuencias aparejadas, por ejemplo, la promesa del dominio de la naturaleza y de su uso para el beneficio común de la humanidad, condujo a una explotación excesiva y despreocupada de los recursos naturales y a la catástrofe ecológica. La promesa de una paz perpetua, basada en el libre comercio y en la racionalización científica de los procesos de decisión y de las instituciones, condujo al desarrollo tecnológico de la guerra y al aumento sin precedentes de su poder destructivo. Y, por último, respecto a la lógica ética-moral la promesa de una sociedad más justa y libre, sustentada en la creación de riqueza, que conduce a la expoliación del llamado ‘Tercer Mundo’ y a un abismo cada vez mayor entre el Norte y el Sur (2003)”.

Asimismo, Sousa Santos (2010) rastrea en la modernidad occidental, lógicas y marcas coloniales que aún persisten; sustentando la definición de un particular tipo de pensamiento, el cual debe ser entendido como un paradigma socio político, aplicable en la arena de las sociedades metropolitanas, fundado sobre la tensión entre regulación y emancipación social. Deja en claro que, en los territorios coloniales, lo que opera es una dicotomía de otro orden, básicamente violencia y apropiación, cuestionando así el universalismo eurocéntrico en las posibles construcciones acerca del cambio social.

Los autores de los procesos de colonialismos, o en la particularidad de nuestros territorios de América del Sur, adquieren una dinámica particular, pese a que en las generalidades se manifieste que “la colonialidad, la modernidad y el capitalismo son fenómenos entrelazados que han configurado diferentes relaciones de dominación, diversos mecanismos de control y múltiples patrones de explotación a favor de los intereses de las élite”, estos se estructuran de forma diferente en las particularidades de nuestros territorios, lo que nos lleva a tener que investigar cómo se han estructurado estos procesos coloniales en su momento histórico determinado, que de ellos continúan vigentes para aportar a procesos contrahegemónicos descolonizadores. Las líneas argumentativas de estas tendencias (como mencionó en su obra De Sousa Santos) en alcanzar grados de emancipación de las poblaciones colonizadas “…la emancipación puede ser definida y representada según tres lógicas distintivas: la lógica estético-expresiva del arte y de la literatura, la lógica ético-práctica de la moral y el derecho, y la lógica cognitivo-instrumental de la ciencia y la tecnología…”. Este es un eje central, para pensar procesos desalienantes en los que debemos ética, profesional, política y humanamente militar, ya que el colonialismo como norma y práctica violenta que ha subsumido culturas y formas de reproducción social a “lo esperable”, es decir a relaciones sociales predeterminadas y desterritorializadas desde la postura etnocéntrica del imperio. 

De la Obra del Dr. Zaffaroni, remarca que el Colonialismo en América surge a partir del SXV y también surge a fines del SXV la idea de una “Protección Jurídica Mundial del Ser Humano”. Destaco y comparto con el Dr Zaffaroni la importancia de la figura de Fray Bartolome De Las Casas, como “El Primer Defensor de los Derechos Humanos”, quien escribió un importante catalogo sobre Derechos Humanos,a saber: Preservar la vida, la propiedad de los indios, devolver lo robado a los indígenas, y el respeto de cada uno por su religión.

Asimismo, menciona un “Colonialismo Actual” en la financiación de la economía y en el rápido desarrollo de la tecnología de la comunicación y que se sigue dominando a través del endeudamiento de nuestros países.

También hace mención al Tardocolonialismo en lo Judicial, refiriéndose a la manipulación que han sufridos los jueces, persecuciones políticas y menosprecio de su función. Que es muy importante dar mayor eficacia a las normas vigentes, comenzando por las de máxima jerarquía, constitución nacional, tratados y convenciones internacionales. Da como ejemplo: “La situación de los presos en América; que se los puede observar que se encuentran en prisiones super-pobladas, controladas por bandas que someten a servidumbres al resto, que se realizan grandes motines que ponen en peligro la vida de los presos, con decenas de muertos”. Destaca que estas “penas no penas” están prohibidas por las Constituciones y los Pactos y Tratados Internacionales y sin embargo Los Jueces siguen dictado estas penas.

Creo importante preguntarse: ¿Cuál es el concepto de IGUALDAD que demarca nuestra Constitución Nacional? Es el Derecho de todos los seres humanos a ser iguales en dignidad, a ser tratados con respeto y consideración y a participar sobre bases iguales en cualquier área de la vida económica, social, política, cultural o civil. Que todos los habitantes somos iguales ante la Ley y que los Tribunales que interpretaron nuestra norma fundamental han entendido que el Estado no puede tratarnos discriminatoria o arbitrariamente. Así el Gobierno está impedido de utilizar criterios irrazonables para distinguirnos y tratarnos en un modo desigual en base a ellos.

En 1988 la Constitución Argentina fue complementada con la sanción de la Ley Antidiscriminatoria y en 1994, adquirió jerarquía constitucional la Convención Interamericana de Derechos Humanos que obliga al Estado Argentino a “NO DISCRIMINAR”.

En nuestra Sociedad Civil: ¿El Estado a partir de su compromiso Constitucional con La Igualdad, no tiene que además de ser arbitrario, generar las condiciones necesarias para que esas prácticas sean revertidas? El Articulo 16 de la Constitución Nacional Argentina no solo autoriza al Estado, sino que lo compele, a implementar medidas que permitan cambiar el Estado de las cosas que coloca a personas en situaciones de desventaja estructural. Por tanto, a partir del compromiso asumido por nuestra sociedad, debemos bregar por la IGUALDAD ante la Ley.

Como Defensora de Menores e Incapaces considero que los niños, niñas y adolescente y las personas con padecimientos mentales son las personas más vulnerables en relación a las afectaciones de los derechos humanos y que por ello requieren de Protección especifica.

Considero que la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), es una etapa fundamental del camino de la humanidad hacia la proclamación y la realización de los derechos humanos.

La CDN ha marcado un antes y un después importantísimo en la Concepción Jurídica de la infancia y adolescencia, al construir una nueva legalidad e institucionalidad para estas personas a nivel mundial, reconociendo derechos y principios básicos de este grupo social que también se encuentra en situación de vulnerabilidad por su condición de personas en pleno desarrollo madurativo. La Convención de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes es una herramienta central en todo lo relativo a los derechos humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes. Esta Convención tan importante y que además integra el bloque de convencionalidad (Art.75 inciso 22 de la Constitución Nacional Argentina), crea una nueva relación entre los niños, niñas y adolescentes, el Estado, la Sociedad y las familias y esta nueva relación es lo que se denomina “Protección Integral de los Derechos”. La Convención de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes reconoce a los Niños, Niñas y Adolescentes como “sujetos de derechos” de acuerdo a su edad y grado de madurez.

Así en la Argentina es receptado estos estándares internacionales de derechos humanos de la infancia, por la Ley Nacional 26061 y por la Ley Provincial de Buenos Aires 13298.

Toda la Legislación ut-supra mencionada incorpora la concepción de Niños, Niñas y Adolescentes como “Sujetos Plenos de Derechos” y que los Niños, Niñas y Adolescentes tienen los mismos derechos que los adultos, más un “Plus” de derechos propios de su condición, por tratarse de Niños, Niñas y Adolescentes de sujetos en vías de desarrollo hasta alcanzar la mayoría de edad a los 18 años.

Estos derechos específicos a saber: Derecho a la alimentación; derecho a la salud; derecho a ser oído y que su opinión sea tenida en cuenta de acuerdo a su edad y grado de madurez; derecho a poder participar de todas las cuestiones que les atañen (Principio de capacidad progresiva); derecho a no ser maltratado ni violentado en ningún ámbito que atraviesan a lo largo de todo su desarrollo integral; etc., deberán ser prestados por sus familiares, la sociedad y el Estado.

Considero fundamental que todas las decisiones que tomemos tanto los integrantes del Poder Judicial, como los organismos administrativos y/o legislativos, deben tener como finalidad “el superior interés”. ¿Qué es el interés superior? Es la satisfacción de todos y cada uno de los derechos que la Ley les reconoce.

Este cambio de paradigma en la niñez, condice con el desarrollo democrático del Estado y de la Sociedad y el reconocimiento a la Autonomía que se va adquiriendo con la edad y grado de madurez. También con este cambio de paradigma trae aparejado un cambio en la función judicial, ya que el Juez no puede actuar solo en el proceso de Niños, Niñas y Adolescentes; lo debe realizar en conjunto con los organismos del Poder Administrativo y/o Poder Legislativo, quienes deben garantizar su bienestar y la protección de sus derechos. Se requiere de un trabajo interdisciplinario con aporte de los diferentes operadores y/o instituciones que intervienen cuando los derechos de las personas menores de edad y/o con padecimientos mentales se encuentran vulnerados.

El Estado es el principal responsable y garante en la reparación de este tipo de situaciones mediante la integración e inclusión, creando oportunidades para el acceso universal e igualitario a las políticas públicas de educación, vivienda, salud y promoviendo el progreso social en el esfuerzo y trabajo de cada uno. Siempre el eje debe estar puesto en apuntalar a la familia, como ámbito de contención de todo Niños, Niñas y Adolescentes. 

Este nuevo cambio de paradigma en la Niños, Niñas y Adolescentes y en las Personas con padecimientos mentales, como lo preveen las Convenciones Internacionales, nos hacen reflexionar respecto del lugar que ocupamos en las instituciones para aportar a proyectos desalienantes, a reposicionar a los diferentes territorios y a sus pobladores en términos de igualdad y una verdadera y real equidad. En lo especifico podemos aportar a ese cambio ideológico ético y político que pondere los saberes y los cuerpos existentes en los diferentes contextos, sin adoptar puntos de vista verticalistas que impregnan los poros de las sociedades colonizadas, de los que incluso, es necesario mantener una postura crítica y reflexiva de nuestro propio saber, que en tanto “saber formal abstracto” es resultado de procesos de opresión de dominación y de la cultura vencedora. 

Por lo cual proponer procesos descolonizadores va más allá que eso que nos enseñaron a ver, cuasi exclusivamente impuesta al racismo, sino poder dilucidar como ese colonialismo ha impregnado la vida cotidiana de las personas con las que trabajamos, con quienes nos relacionamos y de quienes hemos aprendido y con quienes hemos construido nuestro ser. No es un ejercicio sencillo, muy por el contrario, es sumamente complejo y polémico, pero a sabiendas de que estamos asumiendo la voz de los vulnerados, de las minorías, de los dominados y violentados a lo largo de la historia contada. 

El sistema capitalista patriarcal y machista se instaló respondiendo a un ideario etnocentrista e imperialista que posibilitó la creación de sistemas de opresión hegemónicos; pensándolo así es necesario hacer nuestros máximos esfuerzos colectivos para lograr instalar proyectos contrahegemónicos que levanten banderas de la igualdad y la justicia social y que trasciendan verdaderamente las fronteras territoriales.

Por lo tanto: “la justicia no puede por si sola dar vuelta estas históricas condiciones de explotación”, pero quienes estamos en la justicia tenemos estas posibilidades históricas de aportar a cambios sociales verdaderamente sustanciales que afiancen nuevos modelos, que propicien nuevas sociedades, derribando los muros que hoy nos distancian, que nos enajenan, y que muchas veces y de forma inconsciente nos hacen reproducir cuestiones de opresión y la reproducción de relaciones sociales desiguales. Así que esto es una invitación a que juntos transitemos este recorrido y que peregrinemos en nuestro camino para lograr cambios colectivos. Superando los fanatismos y los estereotipos socialmente instalados, como se ha puesto en manifiesto en este encuentro, aportando al develamiento del colonialismo y la opresión en sus minúsculas expresiones, la discriminación, la intolerancia a la diferencia, la pobreza, las condiciones históricas de opresión de las minorías. Como el neoliberalismo avasalla derechos humanos, siendo más cruel en la medida en que más se distancia de esa lógica etnocéntrica, allí debemos encontrar las claves para pensar en los procesos de nuestra tarea cotidiana, de qué forma transformamos esas realidades de opresión, en que forma atendemos esas necesidades urgentes, pero también en el acompañamiento de procesos de concientización respecto de las condiciones actuales de opresión.

Considero que debemos replantearnos como Jueces y Funcionarios de la Justicia nuestra tarea, y desde cada lugar de trabajo, revertir esos Paradigmas Culturales y hacer cumplir la Normativa Vigente, sobre todo para los Sectores más Vulnerables, porque son estos últimos los que menos acceso tienen a la Justicia. La lucha por los derechos humanos debe ser nuestra mira. Debemos tener una Mayor participación, un Rol mucho más activo en defensa de los sectores más vulnerables. Lamentablemente la violencia recae siempre sobre las clases más humildes y como dijo Su Santidad, el Papa Francisco: “No a la Inequidad que genera la Violencia”, “No a una economía de la exclusión”; “Tierra, Techo y Trabajo para todos y todas como derechos sagrados”. Asimismo Su Santidad denunció el descarte humano, la destrucción de la naturaleza, el avance del egoísmo y la absurda centralidad que adquiere el dinero y la tasa de ganancia.

Considero que cada uno de nosotros, desde nuestro lugar de trabajo, desde cada espacio, debemos ser partícipes directos y activos de esos cambios sociales que restablezcan los derechos de las minorías y de las poblaciones desprotegidas.

En la particularidad de nuestros territorios, estamos viviendo estos cambios radicales, en diferentes espacios con sus propios tiempos, pero con pequeños avances que en términos históricos son significativos: la discusión del patriarcado, el reposicionamiento de la perspectiva de género, la dinámica de las nuevas estructuras familiares, el cambio radical del derecho de familia, el reconocimiento de los derechos de pueblos originarios sobre la tierra, etc.

Allí vamos con las minorías locales, conquistando derechos que una vez fueron nuestros, como plantea el ideario de los panelistas, reconfigurando avances, aunque aún, en el mismo símbolo resignificante, de lo local impregnado por la dinámica colonial, tal es el ejemplo del derecho a la propiedad de los pueblos originarios, en esas concesiones (hegemonía) que pese a ello son grandes avances para la humanidad, de lo cual Shirley ha fortalecido con su obra y su trayectoria a un importantísimo avance civilizatorio.

Por tanto, creo que estos encuentros nos sirven para poder reflexionar sobre el lugar que cada uno de nosotros ocupa en las diferentes Instituciones, para poder aportar proyectos y acciones positivas, que sirvan para mejorar el acceso a la justicia en un marco de igualdad y equidad. 

Levantar la bandera de Su Santidad: “No hay democracia con hambre, desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad”.